Células madre para revertir la ceguera
Un trasplante de células madre restaura la vista a ratones ciegos.
«Por primera vez, este estudio consigue, usando los dos tipos de células madre pluripotentes inducidas y derivadas de células somáticas, que arraiguen en la retina y además, que sean funcionales, es decir, que los ratones puedan volver a detectar luz. Esto es un avance conceptual, aunque ya había estudios precedentes que habían dicho lo mismo, aunque hasta ahora no se había conseguido que se anclasen en la retina y que fueran funcionales», explica el investigador Español Miguel Fidalgo, responsable del Grupo Stem Cells & Human Diseases (Células Madre y Enfermedades Humanas) del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la Universidad de Santiago (CiMUS).
Ya en 2014, un equipo internacional de investigadores probó la eficacia de implantes de células madre para curar la ceguera a pacientes con enfermedades de retina. Ahora, la técnica desarrollada por los investigadores japoneses, basada también en el trasplante de células madre, logra restaurar la visión en ratones ciegos con degeneración retiniana terminal.
El estudio demuestra que, tras el trasplante de células madre, el tejido retinal derivado de las células madre pluripotentes inducidas (iPS) del ratón establece conexiones con las células vecinas y responde a la estimulación lumínica, restaurando así la función visual en los roedores afectados por degeneración en la retina en fase terminal. Casi todas las retinas trasplantadas mostraron alguna respuesta a la estimulación lumínica. La clave del éxito fue utilizar tejido retinal diferenciado en lugar de células retinianas, usadas por la mayoría de los investigadores en este campo. El objetivo de los investigadores japoneses es que la técnica sea próximamente probada en pacientes humanos con esta misma patología, ya que las terapias actuales tienen limitada su capacidad de detener la pérdida de visión. Para hacer que los hallazgos sean más aplicables a los pacientes, los investigadores están probando la capacidad del tejido retinal humano derivado de iPS. Mientras que la retina postrasplante puede responder a la luz después de un mes en ratones, la retina humana podría tardar entre cinco y seis meses, ya que tarda más tiempo en madurar. Si estos experimentos tienen éxito, probarán la seguridad de este protocolo evaluando cómo responde la retina del huésped al injerto.